Tengo una amiga voluptuosa (en el sentido más mayúsculo que se os pueda ocurrir). Es cualquier cosa menos discreta y a sabiendas, ha hecho del no pasar desapercibida (entre los miembros colgantes a la derecha del sexo masculino especialmente y entre algunas de las novias inseguras de los susodichos) todo un arte.
No obstante, como también sangra si la cortan (y sobre todo: es mujer), nuestras tertulias acaban a menudo divagando sobre esas penurias que los varones nos hacen pasar ¡ay, hombres, hombres...! Ni contigo, ni sin ti.
Sin embargo, tenemos otra curiosa conversación reincidente: LAS CUCARACHAS, por las que ella siente una profunda aversión.