06 junio, 2012

el tacto de tu textura


Anglada Camarasa, tacto, textura
Anglada Camarasa
Andaba haciendo tiempo a que abrieran la óptica en la que tenía que recoger los nuevos cristales de mis cascadas Maui Jim y he decidido entrar al Gran Hotel; el precioso edificio que alberga El Caixa Forum en Palma. Tampoco aquí he podido entrar a las salas de exposiciones excepto a la permanente y que ya he visto varias veces de Anglada Camarasa y me he quedado una vez más, pensando que es un gran ejemplo de texturas.

Que soy rara, lo sabéis de sobra quienes me conocéis e incluso, los que me conocéis tan sólo de leerme estas rarezas en este también raro blog, pero aquí va otra pequeña confesión: me encantan las texturas. Compro la ropa, las toallas, hasta las cortinas por el tacto o, siendo más exactos: por la textura, y en el caso de los cuadros ¡hay tanta información en la textura que los conforma! Que es una pena detenerse en la imagen, en los colores o el estilo y no acercar la nariz al lienzo. Una de las cosas que enseñan en pintura es a pintar de atrás hacia delante: primero el fondo de la imagen, seguido de las sombras y después, en perfecto orden, desde lo posterior hasta lo más próximo al observador. Con esta técnica se logra profundidad; sensación de volumen y lo notas, aunque no seas consciente, gracias a la textura de la pintura. 

Pero por la textura también descubres, por ejemplo, la prisa que tuvo el pintor; los cambios de opinión si alguna parte ofrece rectificaciones o más capas. También puedes ver la determinación en los mínimos rasgos bien definidos: esa maravilla de que sabía a la perfección qué quería plasmar y también el modo exacto de hacerlo. Es ese privilegio en el que las manos son herramientas precisas para ese mundo que tiene dentro queriendo salir. Y este Anglada Camarasa es un tipo curioso. No comparto sus líneas, pero sus colores y sobre todo, sus texturas... ¡Ay, sus texturas! Uno puede perderse mucho rato en cada cuadro viendo auténticas pastas en los trajes de luces de los toreros y los vestidos de volantes de las gitanas bailando mostrando sobacos peludos y sin embargo; esos rostros tan femeninos (más incluso en los hombres que en las mujeres), son rosas y perfectamente lisos, como si cada rasgo hubiera aparecido por casualidad en una sola pincelada común.

Escuchamos con frecuencia cosas como “el tacto de tu piel” y no es correcto, sino romántico. En realidad el tacto es el sentido con el que percibimos la textura que es la parte más externa de un cuerpo o un objeto, de modo que, sudorosos y jadeantes después de hacer el amor, lo que debieran decirnos es: “adoro el tacto de tu textura”, pero suena raro... Sería como decirnos “me encanta la perfección que hay en el volumen ligeramente desigual de tus pechos y la resistencia que ofrecen a la gravedad”. El tipo que te lo suelte, o está loco o vale mucho la pena... Todo un valiente piropazo. Si alguien lo regala y le funciona, por favor, que nos lo cuente.


He salido de la exposición y aún he tenido que esperar 5 minutos a que abrieran la óptica donde he mantenido con el simpático guapo que me ha atendido, la misma conversación que tuviera con su simpático guapo compañero la semana pasada: 

-Caray, los 2 cristales rotos ¿pero qué les has hecho a estas Maui? Nunca había visto nada igual.
-El primer cristal me lo pisó una vaca.
-¿Una vaca? Querrás decir una señora muy gorda.
-No, no. Una vaca, fue haciendo una acampada en Cala Varques.
-¿Y el otro?
-Del otro no lo tengo muy claro... pero es que estuve en la apertura de Space.
-Son unas gafas extraordinarias.
-Ciertamente. Las mejores del mundo mundial. Como las patatas: cuando haces pop y las pruebas, ya no las puedes dejar (es que les llevé la prensa durante un tiempo).
-Entonces no hace falta que te las venda.
-No. Te las podría vender yo.
-Pues nada. A seguir disfrutándolas. Hasta pronto.
-No, no, que no pienso romperlas más.

Y he salido a la calle de nuevo, viendo con los cristales polarizados Palma con una textura absolutamente inmejorable y además, en technicolor. 

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4 comentarios:

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    1. Esas gafas tuyas deben ser esas polarizadas que decía Gila:
      http://chorradasdetodaclase.com/es/gila-iii-la-gafas-polarizadas/#axzz1x1vvOSwR

      En mi familia que teníamos escondido a un sobrino (por grillao), porque no se dormía si no era tocando un pañuelo de seda y ahora me vienes tú con las texturas. Ya le diré a su madre que no se preocupe, que hay una chica en Ibiza que padece de lo mismo y que ha llegado a la edad adulta sin más contratiempos que las propias hostias que da la vida.

      Por cierto, que me ha gustado el piropo a los pechos.

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    2. Jajaja ¡Sí, algo parecido! Y el efecto es exactamente el que describe Gila. Por cierto, tu enlace ya no está operativo, pero lo he visto en este, por si alguien más quiere entender qué es eso del polarizado: http://www.youtube.com/watch?v=hCpTd5p9jXA

      Y en cuanto a tu miembro grillao (miembro familiar huelga decir), no sé yo si ponerme de ejemplo les iba a tranquilizar mucho. Mira que en mi familia aún a ratos les cuesta.

      Me alegro que apreciaras el piropo de los pechos. Si algún día estás falto de algún otro piropo desaforado, sílbame. Bah, qué caray... Te regalo otros cuantos:

      Piropo cuántico: Este diagrama de Feynman me dice que tú y yo vamos a interactuar.

      Piropo electro: El potencial que emites hace que me sienta irremediablemente atraído hacia tu carga neta.

      Piropo economista: Haces subir tanto mi prima de riesgo que me muero por inyectarte liquidez.

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y tú, ¿qué opinas?