20 octubre, 2008

Madriz

Quién me iba a decir hace un año que iba a terminar con mis huesos en Madrid...Pero es que, de un tiempo a esta parte, he optado por sumergirme en los placeres de la improvisación y cada vez que me cruzo con una propuesta en formato de miguita de pan en el camino, en lugar de cuestionarme y sopesar pros y contras; me retiro un mínimo espacio para atrás (la distancia justa para que nada empañe mi perspectiva) y al abrir la boca sale de mí una expresión fantástica: "¡pues vale!" (para el que la encuentre demasiado larga, es igual de válida: "¡mola!").