Esta mañana, en Chi Kung, hacíamos un ejercicio para poner a prueba el estado de nuestras cervicales: me he aprobado a mí misma con nota. Para los que penséis “pues qué tontería” os diré que hace 3 años y medio me diagnosticaron cervicalgia crónica. Pero me hice el regalo de desobedecer y en esta historia veréis que hay más: muchos más regalos y cada vez que la recuerdo, descubro todavía alguno más.
Hace cerca de 4 años tuve un accidente de tráfico; bobo pero necesario. Estaba a escasos metros de mi oficina donde las montañas de trabajo me esperaban. Ese fue el primer regalo de todos.