21 noviembre, 2009

la vida fácil de Diana

Diana me dice: "Jo, nunca hablas de mí en el blog", "Mucha Isa, mucha Isa", "Jo, yo quiero que me dediques un post" y, como tampoco me especifica si pretende un post-homenaje o uno contando sus cien mil virtudes, pues hoy, puestos en materia, me arremango y a por ella; directa a la yugular.

La suerte del resto siempre parece más grande, sus penurias más llevaderas y su trabajo mucho menos meritorio, ¡dichosos ombligos! y sin embargo, debo reconocerlo públicamente y casi a gritos: Qué fácil la vida de Diana. Ha ido vagando por la vida, con su perfecta sonrisa de dientes apilados y así, con un esfuerzo apenas muscular, limitado apenas a la parte inferior de la mandíbula y ya, el mundo a su paso se iba reblandeciendo para dejarla pasar. Rara como ella sola, viviendo en aquel planeta formado por muchos planetas de colores que se sobrevolaban unos a otros ("Sí, ya pero... ¿en qué planeta vive?" rezongaba aquel psicólogo que de niña la miraba dibujar)