10 octubre, 2011

mi motivo para salir a la calle el 15 de octubre

El quince de octubre hay un llamamiento a una movilización global pero, ¿qué tiene esto que ver contigo y conmigo? Muchos se quedarán en casa y entre ellos distingo dos tipos muy claros. El primero serán aquellos que sienten que "total, ¿qué voy a hacer yo? Si nadie me va a escuchar, si, vale, me molesta esto o lo otro pero yo, no puedo cambiar nada". Este grupo asusta porque, están faltos de algo mucho más grave que salir de la crisis. Están faltos de creer en sí mismos, en su potencial, en su voz y en sus derechos. Tanto si crees que puedes, como si no, estás en lo cierto y ellos eligen creer que no pueden.

Luego están los de "ésto no va conmigo. Va con los parados, con los hipotecados que se metieron donde no debían, va con los funcionarios, los profesores, los médicos, los jóvenes, los jubilados, los inmigrantes, los padres de familia, los autónomos, los que no tienen un trabajo seguro... como lo tengo yo" y se recuestan anchos y cómodos en la burbuja de confort de su sofá y me vienen a la memoria las palabras de Martin Niemöller:

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".

¿De verdad hay quien crea que "esto" no va con ellos? ¿De verdad hay quien aún crea que no tiene un motivo (aunque sea uno sólo) para salir a la calle?

Yo sí lo tengo.

He estado tratando de elegir uno que pudiera servir de ejemplo, a modo de inspiración para quién sienta que necesita juntar diez, doce; metro y medio de motivos para sentirse parte de los afectados en esta historia (nuestra historia).

Mi motivo podría haber sido una vez más la escalofriantes cifra de desahuciados: un 276% más que en el mismo período de hace tan solo tres años. Podría haber elegido a cualquiera de las familias que hoy se irán a la calle y mantendrán su deuda de por vida con el banco tachados por el estigma de "morosos". En España hemos alcanzado el vergonzoso record de un desahucio cada ocho minutos; 173 desahucios diarios.

Podrían ser cualquiera de los cinco millones de parados. Un 21% de la población activa y un 40% entre los jóvenes mientras aumentan la edad de jubilación a los sesenta y siete años. Eso sí, habrá que haber cotizado al menos treinta y siete años para poder acceder a una pensión completa. No me salen las cuentas...

Podrían ser los cientos de miles de personas afónicas de pedir en nuestras plazas que el pueblo tenga derecho a participar en las decisiones importantes, que podamos modificar una constitución que es nuestra y sólo hemos recibido explicaciones vanas de porqué no era posible y hemos visto en nuestras narices a los dos líderes de los eternos partidos que elegimos y reelegimos por una vez en su vida, de la mano para firmar deprisa y corriendo, por fin, un cambio en la Constitución ¡No uno protegiendo al pueblo en épocas de crisis, no, sino priorizando el pago a los intereses financieros!

Podrían ser los nuevos indigentes de nuestras calles, durmiendo en bancos y buscando en los contenedores de basura que se multiplican tras haber perdido el trabajo y la casa, ¿de verdad son tan distintos a nosotros?

Podrían ser cualquiera de las personas que se suicidan impotentes y que no salen en los periódicos. De uno ya hablé en otro post. Era aquel electricista en paro de Hospitalet, padre de familia de cuarenta y cinco años que se enfrentaba a un desahucio y pidió ayuda a los servicios sociales, pidió una prórroga de un mes, pidió un albergue porque hacía frío en la calle y sólo recibió negativas. Una hora antes de que llegaran las fuerzas de seguridad se ahorcó en el parque que había frente a la casa. Los servicios sociales aparecieron entonces para ofrecer todo el apoyo a la familia... Se estima que los suicidios han aumentado un 25% en el último año. También un 15% los nuevos casos psiquiátricos, ¿de verdad no tienen nada que ver con nosotros?

Mientras soñábamos reflejarnos en Alemania o Suiza, podemos ver en Portugal, en Italia y en Grecia un espejo en el que mirarnos... En Grecia, un paso por delante "en esto de la crisis" se estima que han aumentado un 40% el número de suicidios aunque, la Iglesia Ortodoxa prohibe celebrar servicios funerarios a las personas que se quitan la vida por lo que estas muertes suelen ir disfrazadas de accidentes.

Ahí elijo "mi motivo" para salir este sábado quince de octubre a la calle ¡Sólo por poner uno de ejemplo! Se llama Vaggelis Petrakis. En realidad no nos conocemos, ni tendremos ya la oportunidad de hacerlo. Es uno de los tres empresarios de un mismo mercado en Creta que se quitaron la vida al quebrar su negocio de frutas y verduras. Desesperado, bebió una mezcla de cerveza y gasolina en un primer intento. Se arrepintió y llamó a su hijo quien lo llevó al hospital y salvó la vida. Más tarde se suicidó con éxito. En su nota de despedida no hablaba de deuda, ni de crisis... Sólo daba instrucciones sobre cómo cuidar a sus animales. "Poned a la mamá coneja en un lugar diferente al de los conejitos".

Porque estas cosas debieran ser las importantes; cuidar de los que están a nuestro cargo; nuestras familias y nuestros animales mientras los políticos que elegimos cuidan de que nuestros derechos se cumplan y no es así, yo saldré a la calle el sábado. ¿Y tú, tienes un motivo?

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