Después del brutal desalojo del Movimiento 15M de la Plaza Cataluña
Paseo por la Plaza España con mi hija, entre muchas personas a las que no conozco de nada. Quizá al acabar la tarde haya hablado con algunas. Lo más probable es que no vuelva a ver a la mayoría y sin embargo, sin importar qué otro ingrediente podamos tener en común, hay uno hoy que es muy importante: la impotencia, el enfado, la tristeza por lo sucedido esta mañana en Plaza Cataluña.
La organización del 15M va incluso a saltarse el programa establecido porque hoy no acaba la ronda de micro abierto donde todo el que quiere se expresa: da su opinión, declara su rabia o analiza en voz alta sus posibles soluciones para muchos temas comunes no para nosotros, quizá 500, 600 personas, sino para los millones que conforman este país. Son tantos y tan distintos que sin embargo, me asombran por las ganas comunes. Algunos hoy, me han hecho llorar. Ya era extraño no haber llorado esta mañana viendo las noticias. Tenía lágrimas contenidas que dentro de mí no servían para nada y fuera, ya veis... Me han hecho darme cuenta de que soy feliz.