14 febrero, 2009

a propósito del amor y del amor

beso amorHola. Tengo que contaros algo:

Todos buscáis amor. No es una patraña o peor aún: una cursilería. Tampoco es una mentira (qué horror). Lo sé precisamente porque me lo habéis contado. Quizá no todos y cada uno de vosotros pero sí el estrato suficiente de solteros, separados escarmentados, malemparejados y otros especímenes, distintos en profesiones, tamaños, edades y hasta en género pero los suficientes como para formular la siguiente teoría: tooodos buscáis amor.


La escena es siempre parecida: nos encontramos de un modo pactado o no (llámese cita) y tras una cena o una copa en la que inevitablemente nos contamos "lo nuestro": trabajo, niñez, aficiones, viajes, estado civil, batallas anteriores de las que salimos por patas, lo que queremos y no queremos de la vida y al final... el peso importante de la conversación cae con mucha frecuencia en el amor.
"Yo lo que quiero es encontrar alguien que de verdad me quiera, a quien cuidar, con quien compartir. No que todo sea perfecto pero que de verdad, de verdad, me quiera. Quiero enamorarme". Las chicas nacemos con este chip más adosado al cuero cabelludo. Vale, luego nos educan siguiendo este formato en que las relaciones sin amor son caca pero, en el fondo, ¿No nos otorga un puntito de sabiduría antes que a vosotros? ¡Si el AMOR (con mayúsculas) es el motor que mueve el mundo! Vosotros que maduráis algo más tarde (por favor, recordad vuestros cambios de voz y genitales 2, 3 años por detrás de esos fantásticos pechitos de las niñas de la escuela que tanto os gustaban y que no os hacían ni caso). Alcanzáis este conocimiento de media entre los 25 y los 45 (ya si para entonces no os lo habéis planteado, hacéroslo mirar pero probablemente, estéis condenados a una vida llana y gris), tras experiencias vitales drásticas: una ruptura tortuosa, una rutina insulsa, una soledad que de repente se antoja insoportable, una enfermedad, la muerte de alguien cercano, un enamoramiento que os pilla por sorpresa y ahí arranca algo que no se puede (y jamás jamás se debería) parar.


Esa búsqueda que explota del interior de nuestro ser no es un llamamiento de socorro sino un grito del alma.


Bueno, hasta ahí todo está bien. Nosotras/os buscamos lo mismo pero ¿Por qué, por qué lo buscamos tan mal? Seguimos usando rituales de apareamiento arcaicos: "Hola, guapa, ¿vienes mucho por aquí?" "Y a ti qué te importa" y seguimos escondiéndonos en clichés donde nos encontramos a salvo de agresiones que no vamos a sufrir (os remito al blog de Un elefante atado a un poste). A los mismos tipos que me habéis contado que queréis a alguien que de verdad, de verdad os quiera y os comprenda os he visto comportándoos como fantasmas de gimnasio, diciendo en voz muy alta que no creéis en el amor, porque suponéis que en el fondo es lo que queremos; a las chicas no nos interesan los hombres "blandos" y nosotras ¡por favor! Las noches y los locales están llenos de Barbies tan tan parecidas entre ellas que a menudo al salir del baño nos cuesta encontrarnos entre el tumulto.Y no hablo solo de vestidos y peinados sino de poses y hasta charlas. Creo que somos mucho más puras cuando estamos solas, por la mañana tomando un café o tiradas frente al mar. Esos que denominamos "días de chicas" que hacen que hasta casi yo me enamore de estas pedazo de mujeres que me rodean.

¿Y yo? ¿Habré hecho lo mismo? Probablemente.


Pero, algo he aprendido; primero lo que no quiero, inmediatamente después lo que sí quiero, luego, a no planificar tanto porque las expectativas acaban siendo límites ¡no altos! Sino absurdos y que quiero quiero quiero sorprenderme, que me sorprendan, que me hagan reír, que me aviven las neuronas, que me hagan temblar los pies, que me comprendan y supongo que como soy inevitablemente feliz pero también inevitablemente práctica, ¡prefiero ir al grano! Y me encanta arrancar capas cuanto antes y ver qué se esconde debajo y el modo más corto es llegar desnuda cuanto antes a estos primeros encuentros (casi literalmente, sí :)


Ya mi felicitación de Navidad de este año decía algo del estilo: "Mi deseo no es trabajo, riqueza, ni siquiera viajes (con lo que me gustan), lo que de verdad os deseo para este año nuevo es que os amen, que os amen mucho" ¡Y eran verdades como puños! ¿Qué tal lleváis hechos "los deberes"; amáis y os aman mucho? Yo estoy en ello... Y mientras, ya veis, de bloguera/celestina, a ver si "arrejunto" amigos solteros ;) ¡Qué tengo a mi alrededor muy buena gente desperdiciada!

5 comentarios:

  1. Es de apreciarte los deseos de prosperidad que tienes para con los demás.

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  2. Y si nadie os amara; Contemplad la opción monoparental.

    Salu2

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  3. Tienen bastante de egoísta estos generosos deseos míos. Es que me gusta estar rodeada de amor, así, aunque sea en modo monoparental, disfruto más de la vida.

    Saludos para Usted también, caballero,

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  4. Ni lo busco, ni lo encuentro, ni lo persigo, ni lo deseo....lo tengo dentro (como tú y como tú y como tú también lo tienes)...y sueño con entregarlo (a ti, a ti, a ti y a ti también) y se que una mañana cualquiera, con la misma magia que ha llegado esta botella a mi playa...lo tendré desayunando a mi lado.
    https://youtu.be/7CdZlQsBUII
    Eres mágica, Pilar.
    Gracias 1000

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    1. Bueno, pues ya me has dejado temblando. Estarás contento...
      Gracias un millón.

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