22 noviembre, 2008

bienvenida a Madrid; nos han robado

El protagonista exclusivo del día 10 debía ser el éxito obtenido en la presentación de las propuestas primavera verano de nuestras marcas en Atelier de Prensa y la fantástica acogida por parte de prensa, estilistas y amigos en la jornada de puertas abiertas, pero todo todo quedó en un segundo lugar cuando al llegar a casa y abrir la puerta nos encontramos todo revuelto. Mi primera reacción al ver el gigantesco cuadro de Audrey sobre la cama fue hacer un chiste porque ¡estuve a punto de llevármelo como decoración para el evento!
Pero no, esa fue solo la primera señal de que habían entrado a casa el día que más públicamente teníamos anunciado que estaríamos fuera desde primera hora de la mañana y hasta tarde. Revolvieron armarios, cajones, sábanas... y se llevaron la tele, el equipo de música (snif, snif, éste último sí que duele) y una de mis maletas (serán tontos, cualquiera de las de Vicente vale mucho más pero, como eran ladrones con buen gusto, prefirieron el color a las marcas y optaron por el precioso rojo vivo de las mías).

Como soy provinciana, era mi primer robo pero no me alteré. Observé con curiosidad y, la verdad, es que hasta me pareció poca cosa; como cuando pierdes un billete y piensas "bueno, el que lo haya encontrado se habrá llevado una alegría". Casi creo que ha sido algo positivo y que nos servirá de lección, especialmente al hombrecito que me acoge y es que, todo parece indicar que los ladrones entraron con llave. Nada, a cambiar la cerradura y comprar una tele más grande (que mi compi sigue "Herederos").

Una hora después, de madrugada en la comisaría, Vicente se me quedó mirando mientras un policía muy guapo tomaba nota de todos nuestros detalles y me preguntó con gesto paternal: "¿en qué estás pensando? Se te ve preocupada, ¿Es por los ladrones?" Y le contesté "No, en absoluto. Es que la comisaría da pena; le vendría bien un cambio de imagen... una mano de pintura"*. Y así, los tres (el propietario robado, la okupa y el poli) nos partimos de risa colocando las cosas en el lugar justo que merecen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

y tú, ¿qué opinas?