11 febrero, 2012

hay un mundo nuevo en la barriga de éste

hay un mundo nuevo en la barriga de este
Ayer cuando por fin llegué a casa de Mari Carmen hacía un frío que pelaba y los augurios para el fin de semana son aún peores. Alguien comentó:
   -Qué frío.

Y no pude más que contestar:
   -Sí, la verdad es que es un día de mierda para quedarse en la calle.

Y no me refiero a olvidar las llaves en el otro bolso, que lo solucionas riéndote de tu torpeza y tomando un café en el bar de la esquina hasta que alguien te trae una llave de repuesto. Me refiero a quedarte en la calle, sin un techo, sin un lugar en el mundo dónde ir, sin la más mínima idea de dónde vas a dormir hoy ni el resto de tus días. Me refiero, claro está, a que te desahucien.

Eso hacía ayer BBVA con Mari Carmen, de cincuenta y cuatro años, madre y abuela, con cinco personas en total a su cargo (o bajo el ala) y a las que tener que buscar cobijo.

Porque, detrás de las ejecuciones hipotecarias no hay un número tres millones seiscientos cincuenta mil barra dos mil doce. No. Son personas y ésta, sólo por poner un ejemplo (aunque luego pondré más) es Mari Carmen. 

Llegué y me encontré con un grupo de personas emocionadas; viviendo la tragedia como si fuera propia. Vecinos que me dijeron que es “una gran persona, orgullosa, que nunca acepta limosnas y responde a cada regalo de una bolsa de comida con alguna otra cosa obtenida con lo que gana yendo semanalmente al rastrillo”.  Había una mujer, que se presentó como "una compañera de la escuela, de toda la vida”. Había amigos, también periodistas de esos que se implican; que después de tomar la foto y hacer las preguntas de rigor, se quedan y... escuchan. Me preguntó Mari Carmen algo aturdida quién era yo (porque me consta que también tengo cara de periodista) y le contesté igual de aturdida que “no soy nadie” y con eso ya nos descubrimos ambas (las que somos de verdad) y nos dimos un abrazo. ¿Qué teníamos en común ese grupo extraño? Aparentemente nada ¿nada o, en realidad... todo lo que importa? Las lágrimas y la sensación de impotencia eran claramente las mismas.

Hace siete años, la sentencia de divorcio le otorgó a ella el uso de la vivienda familiar y a cambio de no pasar una compensación alimenticia, el ex marido debía abonar tres cuartas partes de la hipoteca y ella, el resto. A pesar de vivir con 426€ de pensión cumplió puntualmente con su parte y cuando quiso darse cuenta se encontró con una orden de desahucio por la deuda acumulada por parte del hombre que se negó a cumplir la suya. Cuando la justicia intervino no fue para arremeter contra él y exigirle el pago sino para desahuciar a esta mujer, a su hija con minusvalía y a sus cuatro nietos de uno a cuatro años. Rompió a llorar cuando su abogado le dio la noticia, pero después decidió ponerse las pilas, decidió que no se iría con la cabeza gacha y en silencio y trató de negociar con el banco, suplicó a las puertas de los servicios sociales y del ayuntamiento. No pedía caridad sino un alquiler de 200€ que pudiera pagar ¡hay tantas casas vacías! Encontró en todas partes una respuesta estándar:

   -¿Tiene Usted un trabajo fijo? Pues no podemos hacer nada.

Entonces aún tuvo una idea y llamó a un periódico local (algo realmente poco frecuente porque el desahuciado suele sentirse injustamente fracasado y cuesta que lo muestren públicamente) y después de que apareciera en la prensa dejando en dudosa imagen la ética del banco empezaron a llamarla de radios y televisiones. En la primera entrevista por radio una mujer llamó en directo. Se llamaba Raquel y vivía en un pueblo de Mallorca, “sola en una casa grande que tenía espacio para Mari Carmen y su familia” y le ofrecía compartirla totalmente gratis. No pedía a cambio un 30% de interés + Euribor, ni tampoco votos ni escaños. Y yo me preguntaba ¿cómo puede ser que Raquel muestre más coherencia, más humanidad que nuestro Gobierno?

Dentro de unos cuantos años (por Dios que sean muy pocos) los desahucios serán un apartado que se tocará de pasada al repasar nuestra historia. Hablaremos con vergüenza del holocausto que vivimos también aquí, en España en pleno siglo XXI porque es imposible que por mucho más tiempo el Gobierno de éste o de los otros países dejen que se sigan pisoteando los derechos más elementales (y las vidas) de tantas familias. Cuando una persona no puede hacer frente al pago de las cuotas de su hipoteca se la desahucia, el banco subasta la casa (casi nunca con éxito) o se la queda por el 60% del valor por el que él mismo decide tasarla (o con aún más vergonzosas prácticas en las subastas extrajudiciales) y después la vende por lo que cree conveniente sin tener que dar un mísero céntimo del beneficio obtenido al antiguo dueño, ahora desahuciado, en la calle, pero debiendo la deuda íntegra más los brutales gastos judiciales que de nuevo el banco decide asignarle. Para asegurarse el pago, se irá embargando mensualmente de por vida de la nómina de la víctima. ¿Alguien puede entender eso? Si no puedes hacer frente a una cuota mensual, ¿Cómo vas a seguir pagándola y aumentada? ¿A alguien le cabe en la cabeza que estés obligado a pagar de por vida una casa que te han quitado y que además, el banco ha revendido con un sustancioso beneficio? No olvidemos que además queda marcado con el estigma de moroso con lo que no puede volver a obtener un crédito o lograr un contrato de alquiler o el pago a plazos de una lavadora. ¿Cómo puede no ya reponerse sino, vivir? Y nosotros, ¿cómo se lo podemos explicar a nuestros hijos? 300 000 familias desde que empezó la crisis. Se estiman que hay doscientos setenta desahucios diarios y las noticias que aparecen en televisión no hablan de justicia sino de “salvar el sistema financiero, de apretarnos el cinturón entre todos, de rebajar salarios y abaratar el despido”. ¿Por qué no aparece nadie diciéndonos “de verdad estamos arrepentidos, se nos cae la cara de vergüenza y aunque es imposible compensar el daño causado a tantas familias vamos a tomar las medidas oportunas para que esta tragedia no continúe”? 

En Estados Unidos los bancos han decidido admitir su responsabilidad y destinar 26 000 000 000 de dólares para los hipotecados ¿Y aquí, cuándo? YA BASTA.

ADICAE calcula que la paralización de los embargos de viviendas que están en proceso actualmente en España por el impago de las hipotecas costaría entre 300 y 500 millones de euros. Una cantidad que es capaz de asumir el Gobierno... Basta con sacar números de lo que ha gastado en aeropuertos fantasma o en tantos otros proyectos absurdos. Sería una medida que, además de poner fin al sufrimiento de cientos de miles de familias, resultaría beneficiosa para la economía de nuestro país.

En España, según Juan Gervás, médico general de CESCA, el suicidio es ya la tercera causa de muerte. Con un 21% de paro (40% entre los jóvenes) y con un 44% de universitarios trabajando en tareas por debajo de su cualificación. Hoy, en este momento hay muchos españoles anónimos tomando trenes y aviones, dispuestos a probar suerte, con la incierta certeza de que cualquier lugar será mejor que este. Otros, abatidos, simplemente pondrán fin a sus vidas; hoy, muchos se suicidarán. Los casos de suicidio han aumentado un 25%. Es una epidemia que se está extendiendo deprisa por el mundo. En Grecia ya hay un 50% más de suicidios desde que empezó la crisis pero, son vidas de pobres, vidas de desesperados... ¿qué responsabilidad pueden tener los inocentes políticos o los bancos al respecto? ¿Qué sientes tú? ¿La tienen?

Unos pocos de ellos:

Hace poco más de un año, un electricista en paro de Hospitalet, padre de familia de cuarenta y cinco años que se enfrentaba a un desahucio y pidió ayuda a los servicios sociales, pidió una prórroga de un mes, pidió un albergue porque hacía frío en la calle y sólo recibió negativas. Una hora antes de que llegaran las fuerzas de seguridad se ahorcó en el parque que había frente a la casa. Los servicios sociales aparecieron entonces para ofrecer todo el apoyo a la familia.

Vaggelis Petrakis, uno de los tres empresarios de un mismo mercado de Creta  que se quitaron la vida al quebrar su negocio de frutas y verduras. Desesperado, bebió una mezcla de cerveza y gasolina en un primer intento. Se arrepintió y llamó a su hijo quien lo llevó al hospital y salvó la vida. Más tarde se suicidó con éxito. En su nota de despedida no hablaba de deuda, ni de crisis... Sólo daba instrucciones sobre cómo cuidar a sus animales. "Poned a la mamá coneja en un lugar diferente al de los conejitos".

Salvatore De Salvo y Antonia Azzolini, italianos. Él era agente de comercio de sesenta y cuatro años en paro. Se suicidaron el domingo en una habitación con vistas al mar en Bari. Llevaban desde marzo del 2010 escribiendo cartas de auxilio al Gobierno, pidiendo ayuda por todos los medios, incluidos vídeos que ellos mismos grabaron e hicieron circular por Youtube. Sin trabajo y sin casa, impotentes y sintiéndose abandonados entre las promesas de los políticos, la pareja intentó suicidarse sin éxito y fue recluida en un asilo, "una ratonera con una humedad de locura" según su propio testimonio. Cuando les informaron de que además, deberían ocupar habitaciones separadas (para hombres y mujeres) sintieron que habían tocado fondo. "Para nosotros dos que hemos vivido cuarenta y cinco años en la bueno y en la malo pero siempre juntos... para esto es mejor morir. Quiero hacer cualquier cosa que me dé la posibilidad de salir de este lugar infernal donde me encuentro, volver a hacer las cosas que hacía al principio, tener una casa donde estar, cocinar la comida a mi marido... tener una vida". Nadie les escuchó.

El jueves, Félix se quitó la vida en Ribarroja prendiéndose fuego en el garaje de su casa. Acababa de recibir la noticia de que había perdido su trabajo como agricultor en una masía. Con cincuenta y seis años no supo cómo hacer frente a la situación, se roció de gasolina y encendió un cigarrillo. Deja mujer y un hijo de catorce años.

No estoy juzgando a quien prefiere no vivir ¿quién es nadie para hacerlo si no vive en sus carnes la desesperación y el agotamiento, el hastío y la impotencia? Sino que siento la necesidad profunda de reconocer públicamente el valor y el amor tan grande de estas otras personas, quizá pequeñas, que no salen en la prensa (o salen hoy pero mañana ya nadie recuerda) como Mari Carmen que elige vivir por ella y por su familia, como Raquel que además ofrece todo lo que tiene aún sin conocerlos de nada. ¡Por Dios, vivid, porque el mundo necesita que nosotros nos quedemos y que se vayan “ellos”! Y si no del mundo, que se vayan de los cargos que ocupan inútilmente, donde otros podrían hacer tanto bien, porque las herramientas existen. Que se vayan de los lugares donde tienen acceso a robarnos impunemente, a desahuciarnos la vida.

Hay otro mundo en la barriga de éste –decía Eduardo Galeano en la Plaza Cataluña- esperando. Es un mundo diferente y de parición difícil. No es fácil que nazca pero lo que sí es seguro es que está, latiendo en este mundo que es. Hay otro mundo que nos espera; este mundo de mierda está embarazado de otro.

Hay una preciosa escena en Candilejas, después de que el decadente cómico Calvero (Charles Chaplin) salvara por casualidad a Thereza de un intento de suicidio. Él pregunta:

   -Dime, ¿era sólo mala salud lo que te hizo hacer lo que hiciste?
   -Eso y...
   -¿Y qué?
   -La futilidad de todo... Yo la veo incluso en las flores. La escucho en la música... Toda la vida sin rumbo, sin significado...
   -¿Para qué quieres un significado? La vida es deseo, no significado. ¡El deseo es lo que hay detrás de toda la vida! Una rosa quiere ser una rosa y por eso crece así. Y una piedra quiere contenerse a sí misma y permanecer siendo piedra. Además... el significado de cualquier cosa, no es más que otras palabras para una misma cosa. Después de todo; una rosa es una rosa.

Y además (añado yo), hay un mundo nuevo, esperando, latiendo, en la barriga de éste.


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2 comentarios:

  1. Un post absolutamente genial... y digno de ser viralizado como pocos... Tendría que ser traducido a varios idiomas y ser "Trendic Topic" mundial en Twitter y resto de las redes sociales de mayor audiencia...

    Otro mundo está en la incubadora... Otro mundo en el que el AMOR, las personas, la Naturaleza y el respeto por la VIDA... serán las prioridades máximas... realmente las Únicas...

    El poder financiero debe ser parado... de lo contrario acabaremos extinguiéndonos como especie... De hecho ya estamos en la batalla final tal y como pronostico Ramtha hace años en "El último vals de los tiranos".


    Un nuevo mundo asoma por la ventana, nunca ha dejado de estar ahí esperándonos:


    http://youtu.be/OQTgaApu0fg

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  2. Pues compártelo, extiéndolo todo lo que puedas. No es que seas libre de hacerlo; es que será un privilegio y además, caray, que creo que hace falta que este tipo de gritos se extienda mucho más. Parece que hay algún rincón donde todavía no llega...

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y tú, ¿qué opinas?