06 agosto, 2012

Chavela Vargas

Pilar Ruiz Costa Chavela Vargas
Chavela Vargas
escribiendo una dedicatoria en nuestro libro de firmas

Freddy Mercury acompañando a Montserrat Caballé en la grabación del himno olímpico de Barcelona y Chavela Vargas, son probablemente los personajes con las que más me enorgullece haber podido estar y han sido muchos. No los  convierte en mis favoritos el hecho de que hayan fallecido, sino todo lo que transmitían de atemporalidad ya en vida. 


A Chavela Vargas la conocí en el concierto que organizamos y que la trajo a Calvià allá por el 2003 ó 2004 (he estado tratando de recordarlo, de ordenar conciertos y fechas y me rindo en ese margen).  

Se lo tengo que preguntar a mi amigo Jose, que se ofreció a todo, todo, todo; lo que hiciera falta con tal de acompañarme y poder tocarla y no sólo verla desde el patio de butacas.

Era una mujer menuda, seca y sin embargo de una presencia enorme que lo llenaba todo a su paso. Pausada y amable en los movimientos, se tornaba chula al quedarse de pie, sola, apenas un bultito en mitad de un escenario, frente al micrófono. 

La Chamana del Poncho Rojo, la costarricense mexicana más famosa del mundo ¡Qué voz! Grave, casi de hombre... Esta mujer valiente, lesbiana y alcohólica declarada, lo cual nos dio un poquito de trabajo inesperado. El concierto se celebraba en el polideportivo municipal y antes de que ella subiera a hacer una prueba de sonido salió su agente del camerino para decirnos que desde el escenario se veía en una esquina de las gradas el pequeño bar del recinto, con grandes cristaleras y ella no podía ver un bar. Con un margen de menos de escasas horas, en domingo y con un calor de muerte salimos todos despavoridos en busca de cualquier cosa con la que cubrir aquel escaparate del vicio. Papel de regalo, eso fue lo único que encontramos y no en un solo lugar sino en muchos, de modo que a contrarreloj, sobre sillas empapelamos en un collage espantoso un bar que de todos modos, estaba cerrado. Mira tú por donde, Jose sí pudo ser de ayuda...

Valió la pena incluso aquel rato de correr y de nervios. Qué maravilla escucharla luego, así, tan cerca, tan desde dentro.

Fuera del escenario fue amable, contestó paciente a todo lo que le preguntaban los muchos admiradores, posó, sonrió y creo, creo... que de verdad era feliz haciéndolo. 80 discos y cantando hasta los últimos momentos de su vida lo demuestran.

Definitivamente, esta noche, yo sí me tomaré un tequila y espero que Jose, espero que muchos hagamos lo mismo. Será en realidad muy poco... Ella calculaba haber bebido 45.000 litros en su vida y eso que pasó sus últimos 20 años abstemia. Un día es un día y creo que de poder hablar, no pediría una despedida distinta. 



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5 comentarios:

  1. Una gran señora con una gran personalidad, que vivió su vida como quiso y le dio la gana, es la impresión que tengo de ella, quizás influenciada por la canción que todos conocemos de Sabina, todo un homenaje por su parte, que ahora viene que ni pintada:

    "Mestiza ardiente de lengua libre
    gata valiente de piel de tigre
    con voz de rayo de luna llena.
    Se escapó de una carcel de amor
    de un delirio de alcohol
    de mil noches en vela.
    Se dejó el corazón en Madrid
    quién supiera reír
    como llora Chavela"

    http://www.youtube.com/watch?v=HFuajI-6m1k

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    1. Uy, no sé si vivió "como quiso y le dio la gana"... leyendo lo de cárceles de amor y delirios de alcohol, igual hasta tenemos mejor vida nosotras, pero sí me pareció una señora de lo más "rechula" y que a las lágrimas y los gritos que otras soltamos a solas dejando que se nos corra el rimel (o el eyeliner como te gusta a ti) pues ella les sacó mucho más partido dejando que la voz se le desgarrara, pero en un escenario, donde seguro, seguro, la oyeron los que la tenían que oír y de paso, pues muchísimos otros. Oye... ¿y si nos ponemos y lo intentamos tú y yo una vez? Así, en plan karaoke. Fijo que al menos Macondo nos paga unos gintonics ,)

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  2. No fui gran admiradora de chavela nunca. Pero era una señora de la canción. Cierto es que como dama de la canción mexicana las hay a años luz de ella, pero fue una persona que supo aprovechar y rentabilizar la controversia en los años cincuenta de su opción sexual, ser rompedora, díscola y generar un respeto por su imagen.
    Siempre me gustó más lo que le cantaron a ella que lo que ella cantó.
    Descanse en paz
    Saludos

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    1. A mí sí me gustaba. Mi amigo Jose y yo, nos poníamos a cantar a gritos (mira que combinación más rara, pero solíamos tirar de Chavela Vargas y Radio Futura) y sin embargo, no era santo de mi devoción para mis restos de amigos y compañeros de música que me soltaban un "¡pero qué haces poniendo algo tan triste!" Y sí, triste es.

      ¿Qué le sacó partido a su opción sexual? No sé cuánto había de premeditación en el asunto y creo que sí mucho de "me importa 3 mierdas lo que opinen los demás". Sus padres se divorciaron ¡se divorciaron! Imagínate en aquella época... Y la abandonaron. Vivió medio recogida entre tíos, emigró con 17 años. En fin, que lo que no te mata, te hace más fuerte o, más chula o más "me importa todo tres carajos" y creo que es la opción que escogió ella.

      Que descanse en paz y que nosotras también lo hagamos, pero aquí en vida y por muchísimos años más. Un beso enooooorme,

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